Antes de intentar convencerles de porqué los riesgos y criterios ASG importan, voy a sentar las bases para hablar el mismo lenguaje ¿por qué? Si hoy nos pusiéramos a buscar en internet qué son cada uno de estos, vamos a encontrar innumerables fuentes, definiciones e interpretaciones sobre qué son estas nociones/ideas/conceptos/prácticas/sistemas de gestión, etc. Entonces, para estar en sintonía con ustedes, quiero compartirles qué son para mí porque estoy seguro de que no entendemos lo mismo.
Mi objetivo, insisto, no es establecer una cronología histórica sobre cómo surgieron estas ideas, sí es compartirles porqué creo que debemos seguir apostando por posicionar estos conceptos y adoptar sistemas de gestión que lo respalden en lo empresarial.
Y este mensaje es para dueños y dueñas de empresas, emprendedores/as, personas en puestos gerenciales, directivos y operativos, estudiantes e incluso para que sociedades pueden presionar a sus gobiernos para adoptar estas medidas, lineamientos, medidas de protección, etc. que nos sugieren tanto la responsabilidad social, la sostenibilidad y los criterios ASG. Pero entraré en esto un poquito más adelante. Empecemos por los conceptos.
- ¿Qué es la responsabilidad social? Entre muchas cosas es la historia de personas que trabajaban en empresas y querían aportar algo en su comunidad. Muchos de estos aportes desde una visión filantrópica, en forma de donación, de corresponsabilidad con la sociedad en la que operaba la empresa sin que necesariamente englobara aspectos ambientales y de gobernanza y tampoco sin que fuera un tema estratégico para la empresa ¿les parece correcto esto?
Quizá para las personas que empezaron hace menos de 20 años en estos temas como yo, lo que acabo de decir es una locura, sin embargo, las que empezaron a hacer acciones de responsabilidad social hace más de 20, 30, 40 años, no tenían todos los sistemas de gestión, indicadores, estándares universales, criterios de riesgo, guías, organizaciones que les dijeran cuáles eran las materias fundamentales de la RS. Por el contrario, era y sigue siendo, un concepto al que dotaban de vida por medio de su propia interpretación, que, en un inicio, estaba relacionada a la filantropía.
Pero, la responsabilidad social también fue y tristemente sigue siendo un concepto o una medalla que muchos organismos se colgaron para presumir acciones más que una visión estratégica integral en su modelo de negocio. Un poco lo que se conoce como Green washing, es decir, la creación de una imagen de responsabilidad sin que haya acciones de respaldo.
Este tipo de acciones, además de ser terribles prácticas por parte de las compañías, también eran acciones que nos llevaban al público general, consultores, emprendedores, dueños y dueñas de empresas a desconfiar del concepto mismo y no ver el valor real que la responsabilidad social tiene. No fueron, ni son pocos los reconocimientos en responsabilidad social que tampoco vigilaban de manera minuciosa a las empresas que reconocían. La responsabilidad social también tiene sus sombras.
Más adelante, alrededor del 2010 la organización ISO participa en esta confluencia de ideas con la ISO26000, estableciendo las materias fundamentales de la responsabilidad social:
- gobernanza de la organización,
- Derechos Humanos,
- Prácticas Laborales,
- Medio Ambiente,
- Prácticas justas de operación,
- asuntos de consumidores,
- participación activa y desarrollo de la comunidad.
Poquito a poquito, más y más personas, organizaciones y organismos internacionales le entraron a la definición, en términos prácticos y conceptuales, impactando de buena o mala manera el concepto.
- Y mientras existía esta confluencia de pensamientos acerca de la responsabilidad social, se empezaba a hablar de sustentabilidad. Inicialmente un proceso biológico-ambiental que refería a cómo sistemas biológicos se mantienen activos o productivos en el tiempo. Pero en 1987 en una reunión de las Naciones Unidas, la primera ministra de Noruega dijo: “espérense poquito, lo sostenible no solo remite a lo biológico-ambiental, desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de satisfacción de las generaciones futuras, en términos ambientales, sociales y económicos. Hay que ampliar la mirada y pensar en las personas que aún no habitan nuestro planeta”.
Ya había posicionado Bruntland (el apellido de la viceministra) lo que cerca del 2010 se posicionaría en la ISO2600 como la triple cuenta de resultado o triple bottom line.
Y bueno, de ahí en el 2000 se proponen los 8 objetivos del milenio para ser cumplidos en el 2015, que tristemente no se cumplen, otra de las razones que a muchos nos genera desconfianza de estos proyectos globales, porque se les invierte mucha publicidad, recursos, dinero, se movilizan gobiernos, firmas, dirigentes, etc. Y parece que su efecto queda lejos del necesario. Más adelante en el 2015 se proponen ya no 8 si no 17 objetivos para ser cumplidos en 2030, los cuales parece que otra vez vamos por el mismo camino, es decir no los vamos a cumplir si como empresas, sociedades, personas, gobiernos no nos ponemos las pilas.
Y también tenemos iniciativas maravillosas, que tienen impacto a nivel mundial y se comprometen específicamente con los Derechos Humanos como la del Pacto Global, que también tristemente algunas empresas han utilizado de mala manera para colgarse una medallita en vez de para hacer las cosas bien.
Quiero insistir en que este es un resumen poco preciso, pero que es la premisa para cumplir con mi objetivo de compartirles por qué considero importante participar activamente en el cumplimiento de estos principios, ideas, lineamientos, etc.
- Yyyy… tenemos otras grandes nociones asociadas a los criterios ASG, que en mi resumen no tan preciso voy a situar con la historia del GRI. El GRI fue fundado en 1997 gracias a desastres y daños naturales ocasionados por empresas. Organizaciones relacionadas con estas, por ejemplo, CERES fueron quienes empujaron más a este tipo de plataformas. Su objetivo era que las empresas tuvieran un estándar mundial, es decir, un lenguaje mundial para reportar sus impactos ambientales, pero ¿qué creen? No pasó mucho tiempo en que ampliaron de lo ambiental a lo social y lo económico. Además del GRI tenemos el SAS-B también para reportar a nivel mundial con un mismo lenguaje el estado de la empresa. Pero también hay otras iniciativas como SEDEX/SMETA que, igual que el Pacto Global de las Naciones Unidas empieza a poner atención sólo en los Derechos Humanos, lo básico de SEDEX era en un principio los Derechos Humanos y Laborales ¿por qué? Bueno, hubo casos muy lamentables y famosos por su difusión, donde veíamos que empresas transnacionales tenían, y algunas aún tienen, trabajo forzado, trabajo infantil y los y las colaboradoras tenían daños por falta de equipos de protección personal ¿saben qué pasaba cuando estas noticias salían al aire? Las empresas perdían millones y millones de dólares. Entonces SEDEX/SMETA surgen para asegurar derechos humanos y laborales en las cadenas de suministro, y así también cuidar las finanzas de las empresas… Y aquí hay mucho más que contar, pero me detendré aquí…
Y es más o menos, así como estas tres grandes ideas, que ni son lo mismo, y que ni tienen el mismo origen llegan al mismo punto: tenemos que cuidar a nuestras sociedades, nuestro ambiente y nuestra economía para tener un mundo mejor. Me atrevería yo a dar un pasito más allá y decir que para seguir teniendo un mundo.
Entonces ahora sí, la parte clave de este escrito es la siguiente ¿por qué debemos tomar en cuenta estos criterios a la hora de trabajar, dirigir o ser propietario o propietaria de una organización?
Empecemos con personas propietarias y cargos de dirección general. Gran resumen. Las empresas que se adaptaron a la pandemia fueron aquellas que tenían sistemas de gestión en sostenibilidad. Por ejemplo, las que ya consideraban o realizaban home office les fue muy sencillo seguir operando; las que ya tenían procesos de inocuidad les fue sencillo los cuidados que tuvieron que incorporar a la hora de entrar a las plantas. Las que no estaban endeudadas o tenían deudas sanas, pudieron seguir operando sin despedir a su personal, fueron quienes mantuvieron mayores empleo; las que tenían proveedores locales fueron quienes pese al colapso de las cadenas de suministro mundial se mantuvieron operativas, las que tenían buenas calificaciones de riesgo, es decir, que gestionaban todos sus asuntos sociales, ambientales y de gobernanza y que además los publicaban, fueron quienes pudieron pedir préstamos, inversiones y financiamientos.
Las empresas que no, tuvieron además de buscar cómo sobrevivir, que cumplir con mayores requerimientos y retos de los que nunca habían enfrentado. Además de la crisis económica global hemos visto en una presión más grande para garantizar derechos humanos y laborales en las empresas y cadena de valor. Nunca habíamos visto tantas empresas teniendo auditorías de derechos humanos y estándares laborales en puerta.
Personas en cargos directivos, dueños y dueñas de empresas. Gestionar los asuntos sociales, ambientales y de gobernanza, estoy seguro que lo saben, no es un tema de una medalla. El 2 de junio de 2022 salió una nota de cómo DWS perdió 1,700 millones de dólares en bolsa por un tema de GreenWashing. También vimos en abril de este año cómo en Londres firmas super reconocidas como KPMG y Deloitte están a la vista de grupos activistas y la sociedad por hacer poco transparente la validación de objetivos climáticos de empresas.
Si queremos que nuestras empresas sigan operativas por muchos años, debemos cuidar todos los asuntos que nos señalan las guías o lineamientos de la RS, Sustentabilidad o criterios ASG. Desde el cuidado del agua, emisiones, desigualdad social, calidad de vida de las personas que colaboran en nuestras empresas hasta la transparencia y decisiones estratégicas de nuestros comités para seguir teniendo clientes… ¿ya han visto los ambiciosos objetivos que grandes transnacionales están fijándose?
Desde reabastecer el 100% del agua que utilizan en operaciones, diseño del 100% de empaques completamente reciclables, o compostables o biodegadables, ser compañías cero emisiones, eliminación completa de la huella de carbono desde materias primas hasta puntos de venta…
Y si no se han dado cuenta, para cumplir con estos grandes objetivos las transnacionales deben involucrar a sus proveedores. Las exigencias son más reales que nunca, tanto en términos empresariales como en términos de nuestras sociedades y nuestro planeta.
Para personas que colaboran en empresas ¿Por qué deben importar los criterios ASG? Claro está que el motivo principal debería ser, igual que para personas propietarias, emprendedoras y en cargos directivos un tema de cuidados y corresponsabilidad, pero no siempre este deber moral está en primera plana en todas las personas. Entonces si el argumento tiene que venir desde el trabajo ¿cuál es? Los programas empresariales que hoy en día tienen mayor valor son aquellos que se alinean con el mercado local, nacional y global. Si bien hay empresas donde todavía los cargos directivos o dueños/dueñas ven la RS, sostenibilidad o criterios ASG como algo lejano, tarde o temprano sus gobiernos, como el caso de la unión europea con el requerimiento a empresas para que tengan una matriz de debida diligencia en derechos humanos, o como el caso de Walmart que pide a sus proveedores SEDEX, o como el caso de empresas que quieren una calificación ASG, o expandirse a nuevos mercados, o pedir un financiamiento, los programas y acciones que les van a ayudar a hacer esto, y por ende, dar valor a tu trabajo, son los que respondan a estas tendencias mundiales.
Entonces si quieres escalar, estar en una posición estratégica, desarrollar programas de impacto, es importantísimo que entiendas que tienes un área de oportunidad grandísima si empiezas a estudiar estos temas. Sí los conceptos, pero sobre todo las exigencias reales y buenas prácticas actuales que están poniendo el ejemplo a nivel mundial.
Y no es complejo encontrar por dónde empezar… Hay información muy buena sobre los riesgos que enfrentamos… Un programa que ya debería estarse realizando en muchísimas empresas es el de cuidar la salud mental de los y las colaboradoras… En la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales realizada por el World Economic Forum podemos ver que las mujeres señalaron como el tercer riesgo más importante para los siguientes dos años el deterioro de la salud mental… ¿se imaginan dirigir una empresa con gran parte de colaboradores y colaboradoras con ansiedad, depresión, cambios de humor, poca motivación? ¿se imaginan encontrar motivación para hacer su trabajo de manera eficiente con depresión, ansiedad, cambios de humor, preocupaciones que rebasan al trabajo, durante 250 días del año 8 horas al día?
¿Se imaginan empresas y colaboradores productivos en una sociedad con crisis de subsistencia? ¿con falta de comida, de agua, de vivienda? ¿una sociedad con menor cohesión social? ¿con crisis de clima constantes? Estos son solo algunos riesgos que nos señala la encuesta de percepción del WEF. De ahí podemos sacar algunas ideas para establecer programas que seguro tendrán valor en el presente y en un futuro.
Pero si todavía queremos pistas más digeridas también podemos encontrarlas. Tenemos herramientas por país que nos hablan de los riesgos geográficos, políticos, económicos, como lo es el CSR Risk Check financiado por los países bajos, tenemos los mapas de materialidad de Moodys, de S&P, de SAS-B, que nos especifican los riesgos por sector e industria.
Habitamos un mundo con muchas posibilidades, pero cada día esas posibilidades se van disminuyendo por los impactos negativos que tienen nuestras acciones. Los criterios de riesgo ASG, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las materias fundamentales de la ISO26000, las plataformas de comercio ético SEDEX y EcoVadis, los principios del Pacto Global entre otras son todas herramientas que nos ofrecen líneas de acción claves para disminuir los impactos negativos, aumentar los impactos positivos y ampliar las posibilidades de acción que tenemos como sociedades, empresas y personas.
El llamado a la acción por un mundo mejor es cada día más amplio y necesario. Hace falta que colaboremos para alcanzar este objetivo y para ello es clave que hablemos un lenguaje común. Los criterios ASG son un intento de homologar en un solo lenguaje las acciones que deben realizarse desde lo empresarial para tener un mundo mejor.